TUTORIAL: Kintsugi, el arte de las cicatrices cerámicas de Emanuele Drago

¿Qué haces cuando un vaso o cerámico objeto tuyo cae y se hace añicos? Ves un vaso roto o un jarrón que te importaba y haces lo único que se te ocurre: tirarlo, porque a tus ojos ya es inútil. Sin embargo, sepa que hay otra forma de mirar ese objeto roto: el práctica japonesa de kintsugihace exactamente lo contrario.

 

La filosofía detrás de Kintsugi 

En el mundo occidental, todo lo que se desvía del ideal de perfección suele considerarse un defecto que debe eliminarse. En cambio, los objetos reparados con el kintsugi La técnica asume un significado filosófico que va mucho más allá de su simple uso: las dificultades de la vida que superamos pueden provocar heridas muy profundas en nuestro interior, Sin embargo, esas cicatrices no deben ocultarse porque sean feas.. Más bien, representan crecimiento personal. Una vez que los hayamos procesado, podremos aprender a lucirlos con orgullo, haciéndonos más bellos por dentro y por fuera.


 

Cómo reparar cerámica rota con Kintsugi 

La cerámica rota se restaura a su forma original gracias a el uso de una resina que se combina con metales preciosos (oro o plata) y que reconecta los fragmentos rotos. La resina se usa principalmente como masilla para rellenar agujeros, grietas o áreas donde puedan faltar piezas de la maceta original. Este es el paso más complejo, ya que hay que colocar todas las piezas al mismo tiempo y la laca no se puede quitar una vez seca. Luego, la laca debe secarse y endurecerse, un proceso que lleva varias semanas.

 

Si desea intentar reparar objetos de cerámica rotos que le gustan, existen kits en línea diseñados para replicar fácilmente este antiguo arte japonés en casa.

 

 

Por último, el kintsugi La filosofía da la bienvenida a las imperfecciones y la singularidad., viendo esas “cicatrices” como signos del paso del tiempo: un renacimiento, más que un triste epílogo. El objeto reparado se convierte en una obra de arte cuyas grietas, como sabias y preciosas arrugas, atestiguan su historia y lo distinguen de otros objetos.

 



Emanuele Dragó